martes, 4 de agosto de 2009

Crucero por el Mediterráneo a bordo del MSC Sinfonía


Crucero por el Mediterráneo a bordo del European Stars (ahora adoptado por MSC Cruceros y rebautizado como MSC Sinfonia)

Escalas : Barcelona, Marsella, Génova, Nápoles, Messina, Túnez, Palma de Mallorca y regreso a Barcelona

Noviembre del 2003

Nos animamos a hacer un crucero, para quitarnos un poco el mal sabor de boca, después de un par de experiencias para mi traumáticas y que, bueno, no vienen a cuento.

Vacaciones disponibles, una buena oferta de crucero sobre la mesa... ¿por qué resistirse? nunca habíamos estado en un crucero (bueno, mi marido hizo la mili en la Marina... ¿eso cuenta?) definitivamente, había que probarlo. Hicimos las maletas un poco dudosos con el tema de la ropa, intentando hacer caso a los consejos de los amigos "expertos".

Cogimos el Euromed y nos dirigimos a Barcelona. En los viajes de placer la emoción siempre te invade, el cosquilleo en la barriga, como cuando te vas a reencontrar con la persona amada. Te vas imaginando mentalmente que va a ocurrir, como será todo, si estará a la altura de la película que te has ido montando días atrás.

La verdad no nos defraudó en absoluto. Recuerdo que nos dijeron que podíamos facturar el equipaje, pero que el barco no zarparía hasta unas horas después, con lo cual nos invitaban a disfrutar de Barcelona en ese lapso de tiempo. Eso hicimos, Colón nos dio la bienvenida desde las alturas, para acto seguido presentarnos el paseo de la Rambla, que recorrimos, para disfrutar de su multitud de puestos de caricaturas, mimos, terracitas, floristerías,... Seguimos callejeando y acabamos en una cafetería Starbucks... una americanada, que había que probar, como buen turista. El sitio está coqueto, con la posibilidad de comprar souvenirs de la marca, en fin. Yo me moría de ganas de subir al barco y regresamos al puerto.

El personal muy atento, había una barbaridad de gente trabajando allí. La habitación muy apañada, el baño me hizo gracia, con un wc versión mini, claro, hay que aprovechar el espacio al máximo, y una ventana donde desde la cama podías disfrutar de la navegación y llegada a los diferentes destinos.

Qué gustazo poder ver varias ciudades en una semana, sin pegarte el palizón conduciendo, y sin mover la ropa del armario. Cada mañana recibías el periódico del barco, donde te informaban de las diversas actividades del día, datos básicos de la ciudad a visitar, etc. Veías una ciudad durante el día, y luego mientras disfrutabas de la cena y de la oferta lúdica ofrecida por el barco, navegabas sin apenas darte cuenta, hacia un nuevo destino. En los restaurantes, las mesas son grandes y redondas (tipo boda) y el personal se encarga de organizarlas, de manera que los clientes estén sentados con gente de su edad y mismo idioma. Con lo cual, es bastante probable que hagas amistad con tus "compis" de mesa. En nuestro caso fue así, cosa que se agradece.

En el barco la comida era "all inclusive", y a todas horas. Yo, con lo que disfruto con la comida, casi no había acabado de cenar, y como anunciasen un buffet en plan delicatessen, dedicado a algún país, allá que me iba yo. Y eso ocurría, casi cada día... Además ya se encargaban ellos de decorarlo todo con mucho empeño, con estatuas de chocolate, hielo o frutas... una maravilla.

Luego venía la animación, tiene un teatro donde pudimos disfrutar de su variedad de espectáculos, tipo sala de fiestas, y de una cantante que te erizaba el vello con su increíble voz.

Aconsejo no comprar a ciegas las excursiones organizadas que el barco te ofrece (carísimas). En mi opinión es más divertido, y mucho más barato, coger un plano y un taxi y recorrer las ciudades por tu cuenta. Incluso andar. Nosotros lo hicimos de esa manera, acompañados de nuestros nuevos amigos. Fue muy gratificante. Tan solo hicimos una excursión organizada en Túnez, y fue con un bus ajeno al barco, que salía mucho más económico.

De todo lo que vimos, hubieron muchas cosas que me gustaron, entre ellas me quedo con el "involtino" de Nápoles, que no era más que un trozo de pizza casera y deliciosa, enrollada sobre si misma, con albahaca fresca y... mmmmmm. En Messina, un pueblito de Sicilia muy acogedor, compramos un Limoncello natural, muy rico, que he estado usando para aderezar las fresas. Aquí no lo he encontrado, habrá que volver para comprar otra par de botellas...

Carolinchi75

No hay comentarios: